La Luna y La Tierra. Ciclos de Milankovitch.

        
NASA/GODDARD/ARIZONA STATE UNIVE (EFE)


        Milutin Milankovich fue un matemático y geofísico serbio que relacionó las variaciones a grandes escalas de tiempo del movimiento de los cuerpos celestes y su influencia en en clima. 
Este modelo se basa en tres parámetros como son la excentricidad de la órbita terrestre, la oblicuidad de su ángulo de rotación y la precesión de su eje de rotación, parámetros sobre los cuales ejercen influencia las interacciones gravitatorias de los cuerpos del sistema solar.
En el ejercicio actual vamos a analizar la influencia de nuestro satélite sobre el planeta que habitamos y su relación con los ciclos de Milankovitch. La cercanía de la Luna la hace determinante en el modelado del clima y la vida en La Tierra tal y como la conocemos.
Las Mareas: Las mareas son originadas por el efecto de atracción gravitatoria de la Luna. La masa de agua que cubre gran parte de La Tierra es atraída por la Luna de modo que durante su movimiento se producen pleamares y bajamares. Este ciclo, en caso de no existir la Luna no se  produciría de un modo tan patente. Es necesario destacar que teniendo en cuenta la variación de la distancia de nuestro planeta a su satélite (la Luna se nos va escapando poco a poco con el paso de los eones) su efecto generando las mareas no ha sido de la misma magnitud a lo largo de la historia del planeta. En su ausencia, las mareas serían poco más destacables que las fluctuaciones propias del oleaje.
Duración de los días: Como sabemos, la duración de los días depende del tiempo que tarda La Tierra en dar una vuelta completa sobre su eje. Esta velocidad de giro está influenciada también por nuestro satélite de modo que éste ejerce un efecto de freno sobre esa velocidad de rotación. La atracción gravitatoria de la Luna repercute en la duración de los periodos de luz y oscuridad en la superficie de nuestro planeta. Si pensamos en el hecho más que contrastado de que la luna se va alejando de La Tierra, podemos inferir que en milenios la duración de los días y las noches irá variando lo cual tendrá efectos sobre el planeta, el clima y la vida.
La inclinación del eje axial: El eje de rotación de la Tierra realiza un movimiento circular estable llamado precesión. Este giro del eje de rotación alrededor de la perpendicular al plano de la órbita genera un movimiento que es similar al bamboleo de una peonza. Del mismo modo que en el punto anterior, la Luna ralentiza este movimiento, la precesión, otorgando estabilidad a la misma. 
Tras lo expuesto anteriormente vemos que La Luna, por tanto, ha sido  y es determinante en los Ciclos de Milankovitch, modelando y conformando nuestro planeta influyendo en su clima y en el desarrollo de la vida tal y como la conocemos. En este sentido podemos estar tranquilos, todo indica que tendremos Luna para rato, mientras… disfrutemos de su presencia , sus fases y su maravilloso embrujo, para ello sólo tenemos que levantar la mirada y saber mirar al cielo.

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