"Mar" y "cascadas" de nubes: Inversión térmica y efecto Föhn.

Vientos Alisios, nubes e islas. 

      Uno de los fenómenos meteorológicos con los que los canarios, sobre todo los de las islas con mayor altitud, estamos acostumbrados a alimentar nuestra vista es con el mar de nubes. Este fenómeno que hace también las delicias de los numerosos visitantes que tenemos al año siempre genera admiración por su belleza… pero también interrogantes a los curiosos.. ¿a qué se debe?.
Los vientos predominantes en el Archipiélago Canario son los Vientos Alisios, ya conocidos desde la antigüedad por los navegantes y a los que los canarios les estamos agradecidos por hacer que nuestras “afortunadas" no sean un desierto similar al Sáhara del que solo nos distan poco más de 100 km. Estos vientos, procedentes del NE, van cargándose de humedad en su recorrido sobre el Atlántico hasta que se encuentran con el obstáculo a su paso que son las islas de mayor relieve. Esto va produciendo una acumulación horizontal de nubes entre los 500 y los 1500 metros de altura que  cuando se observa desde la cumbre, da la impresión de ser un esponjoso mar de nubes. Quedan atrapadas por la orografía de las islas y por las consecuencias de la inversión térmica. Al ser una capa de aire más frío y más denso que la situada encima, por convección no puede ascender, de modo que se mantendrá con toda su humedad a esa altitud. 

                                                                  Mar de Nubes en el norte de Tenerife. Al fondo puede observarse la cumbre de la isla de La Palma   Foto M.Cabrera

Ya tenemos nuestro mar de nubes y ahora es cuando vamos a hablar del Efecto Föhn. Estas masas de aire cargadas de humedad, al ascender por el empuje del viento, se van enfriando y producen la condensación de su vapor de agua, precipitando en forma de lluvia. Ese  aire húmedo al superar el obstáculo orográfico y descender por la otra vertiente, lo hace aumentando su temperatura y con menos humedad,  que es el fenómeno que estamos describiendo.     
      El Efecto Föhm condiciona  el paisaje, la naturaleza y la biodiversidad de las islas originando dos zonas climáticas completamente diferentes: la cara norte, orientada hacia el alisio con frecuentes precipitaciones y nubosidad que  presenta una vegetación propia de climas húmedos; mientras que la cara sur sufre el efecto Föhn de los vientos secos que han descargado su humedad en la cara norte y presenta escasas precipitaciones al año, temperaturas altas, baja humedad ambiental y una vegetación propia de zonas semidesérticas.  
Además del mar de nubes que hemos explicado, podemos disfrutar en las islas de auténticas “cascadas” de nubes. En ocasiones toda la humedad procedente de las laderas de barlovento no se convierte en nubes y lluvia sino que gran parte de esas nubes pasa hacia el lado de sotavento, donde se «desparraman» con un proceso totalmente inverso al que ocurrió durante el ascenso. Esas nubes que descienden por el lado de sotavento se calientan y desaparecen al llegar a cierta altura cuando aumenta la temperatura de la masa de aire y puede volver a “disolverlas” al superar la temperatura del punto de rocío, que es la temperatura a la que comienza a condensarse el vapor de agua contenido en el aire.

                                Cascada de Nubes en la isla de La Palma. Consecuencias del Efecto Föhn.     Foto Van Marty

De este modo vemos cómo determinados fenómenos naturales nos explican maravillosos paisajes producto de esa combinación de viento, aire húmedo y orografía. El gusto de desentrañar el secreto de su origen sólo puede verse superado por el placer de su disfrute in situ. Permítanme adjuntar suspiro.


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