Las Formas: Las ondulaciones de la arena.

                   Los que disfrutamos dando un paseo cerca del mar,  si además la costa nos regala paisajes con arena, rara vez no dejamos de sentirnos perplejos ante lo que aparentemente pueden parecer caprichos de la naturaleza al dibujar con el viento sobre esa superficie. Sucede que no sólo  vemos esos “caprichos” en tierra firme sino que además, si tenemos la suerte de poder bucear por esos fondos arenosos,  nos podemos encontrar con esas mismas estructuras en el lecho marino. En concreto me referiré en este texto a las ondulaciones o rizaduras (ripple marks para nuestros amigos angloparlantes). 
              Analicemos el fenómeno: tras echar al viento la primera culpa como escultor y pensar luego que  en el fondo del mar lo que se mueve no es el aire sino el agua, vamos deduciendo que es un fenómeno que tiene que ver con el movimiento de las partículas que componen ese sustrato, independientemente de la fuerza que la produzca. Si aumentamos la escala y nos aproximamos a la superficie arenosa, allí el flujo de la corriente es turbulento, generándose constantemente pequeños remolinos que levantan los granitos de arena, moviéndolos , rápida y bruscamente, contra la superficie próxima a muy corta distancia. La acción continua de este mecanismo va produciendo acumulaciones de arena y finos depósitos de polvo en determinadas zonas, formándose minúsculas crestas y hendiduras paralelas entre sí y perpendiculares al flujo para constituir estas rizaduras en cuestión.
            Estos granitos de arena evolucionan sobre el lecho arenoso de una u otra manera en función de su tamaño y peso. Algunos de ellos –los más grandes y pesados– se deslizarán por la superficie sin separarse de ella mientras que los más pequeños sí que consiguen saltar –ayudados por los bucles turbulentos a los que antes nos referimos– dando lugar a la asimetría de las rizadura. Estas estructuras son asimétricas debido a que presentan una mayor inclinación hacia el lugar de donde sopla el viento, por  la mayor cantidad de gránulos de arena que –como consecuencia del arrastre del viento– se deposita al otro lado (a sotavento).
           

            En tierra firme, en el caso de que esas partículas de arena sean muy muy pequeñas, son capaces de quedar suspendidas por mucho tiempo en el aire, contribuyendo a enturbiarlo si las condiciones meteorológicas lo permiten y originar  la calima, pero éste… es otro tema sobre el que podremos profundizar en otro momento.

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